Prueba de la BMW HP2 MegaMoto

Es difícil para los aficionados a las piezas excepcionales no salivar cuando leen el folleto de ventas de la BMW HP2 MegaMoto. Desde el principio, el aspecto de la máquina pone la piel de gallina. Es suficiente para hacer que quieras ser piloto sólo con mirarlo. Cuanto más la miras, más te mueres de ganas: monoplaza, bicilíndrica de 1200 cc, chasis de espaldera, horquilla Marzocchi, amortiguador Ohlins, escape Akrapovic… Todo hace pensar que estamos ante una auténtica máquina de competición, recién salida del stand. Hermoso, agresivo, exclusivo, listo para dejar caer el cronómetro. El alemán quiere que se hable de él, así que démosle la palabra.

Incluso aquellos que son generalmente alérgicos al diseño de Motorrad tendrán que admitir que la BMW HP2 MegaMoto tiene un aspecto estupendo, señala el concesionario de motos de segunda mano Crestanevada. En consonancia con las últimas tendencias, desprovisto de extravagancias y asimetrías extrañas, viste sus formas deportivas de blanco y azul, resaltando los colores de la marca. Y es impresionante, con su montura encaramada a 890 mm, se da el aire de un gran semental. Un purasangre alineado en la parrilla de salida de Vincennes, listo para morder el polvo de cualquier caballo que se le acerque.

El espíritu de competición se percibe nada más ver el frontal, con la cabeza de la horquilla bicolor, la amplia horquilla invertida y el guardabarros a ras del neumático. La impresión se ve reforzada por el panel de instrumentos con bordes de carbono, escondido detrás de la cabeza de la horquilla, con dos medidores analógicos que incluyen el tacómetro y el cuentarrevoluciones. La pantalla digital está ahí para mostrar el resto de la información, con odómetros, reloj, indicadores de combustible y temperatura del motor, y un indicador de marcha.

HP» significa «High Performance» (alto rendimiento). Si el exterior no nos daba suficientes pistas, el nombre del modelo despeja cualquier duda. Está por todas partes: el cuadro en espaldera, los elementos de carbono, las puntas afiladas, el asiento ultrafino. La Hypermotard de BMW no parece que esté aquí para hacer punto. Disfrutamos observando el trabajo realizado en las líneas de los plásticos que prolongan el depósito, es un gran trabajo.

Y bajo la estética deportiva, el equipamiento de la BMW HP2 no descansa. La horquilla Marzocchi de 45 mm, el amortiguador Ohlins, los discos ABS de 320 mm con latiguillos Avia, el sistema de escape Akrapovic… A esta lista hay que añadir la ínfima capacidad del depósito: 13 litros, y la ausencia de estriberas para el pasajero, que sólo están disponibles como opción… de pago. Y el brazo único, ¡ah, el brazo único! Muy bonita pieza, con un magnífico borde en espiral y un eje ahuecado. Olvídate de las salidas dominicales con la señora, de la comodidad, del turismo, de la despreocupación. El HP2 destila competencia, exclusividad y rendimiento. Al mirarlo, no puedes evitar pensar en las caras pálidas de tus amigos que no se creen que hayan sido ahumados por un misil blanco y azul.