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Un segmento de la mano de obra que ayudará a cerrar la brecha de habilidades y la escasez de talento en la industria manufacturera son las mujeres. Las mujeres que siguen carreras en STEM y específicamente en la industria manufacturera son imprescindibles para el crecimiento económico que deseamos y esperamos.
Un informe sobre la industria manufacturera elaborado por Deloitte en el que se analizan las bases del éxito de Estados Unidos indica que, entre los principales motores de la competitividad global de la industria manufacturera, el número uno es el talento. Según este informe, «a medida que crece el sector manufacturero y aumenta la demanda de puestos de trabajo más cualificados, las empresas tienen dificultades para atraer y retener a los mejores talentos. La necesidad de competencias técnicas superiores, creatividad y resolución de problemas seguirá siendo deseada por corporaciones y empresas manufactureras de todos los tamaños.»
En febrero de 2023 se inauguró una nueva planta para fabricar productos destinados a las energías renovables y la cocina limpia. En todas las instalaciones, desde el director de planta hasta el último empleado, sólo trabajan mujeres. Esto no es la norma, y no estoy diciendo que deba serlo: la igualdad consiste en incluir a las mujeres, no sólo en los niveles inferiores de la industria, sino también en los puestos directivos. Sin embargo, es alentador ver que hay más mujeres en las carreras de la cadena de suministro y que se están convirtiendo en opciones solicitadas, deseables y gratificantes.
Evolución del papel de la mujer en la industria
Aunque tendamos a pensar que la incorporación de la mujer al mundo de la manufactura es reciente, eso no es cierto. Las grandes Guerras Mundiales supusieron un enorme aumento del número de mujeres en los talleres, pero al principio de la Revolución Industrial, las mujeres solían trabajar tejiendo telares o fabricando cerillas, pintando cerámica y cosiendo ropa: el tipo de trabajo manual en el que unas manos pequeñas y diestras eran más valiosas que la fuerza bruta.
Aunque en la actualidad las mujeres sólo representan entre el 30 y el 40% de la mano de obra del sector manufacturero, es alentador ver que ocupan uno de cada cuatro puestos de responsabilidad en la industria.
¿Por qué se ha producido este cambio?
En algunos casos, la política gubernamental es lo que ha forzado la aceptación y promoción de las mujeres en lugares de trabajo típicamente orientados a los hombres. Si no se puede discriminar por razón de sexo, hay que promocionar a mujeres competentes con una trayectoria demostrada frente a sus homólogos masculinos. Creo que las mujeres están viendo en la fabricación y la distribución oportunidades profesionales satisfactorias, que ofrecen puestos gratificantes que estimulan y suponen un reto.
A medida que nos deshacemos de los estereotipos, nos preguntamos por qué las mujeres no pueden hacer esos trabajos y por qué no deberían hacerlos. Salvo contadas excepciones, los hombres van a ganar en los trabajos manuales que requieren un físico potente con muchos músculos, pero cuando se trata de estrategia e inteligencia, las mujeres pueden mantener el tipo y tienen muchos músculos mentales y fortaleza que aportar.
El software ERP también desempeña un papel importante en este sentido, ya que nadie tiene secretos ocultos en hojas de cálculo personales que se niega a compartir, bloqueando a sus colegas en aspectos de la fabricación o la distribución por falta de datos. Todos los datos están en el ordenador, de modo que cualquiera que tenga acceso a ellos puede utilizarlos para elaborar su propia estrategia y ejecutarla.
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