El diésel ya no es muy popular. Así que las marcas se están organizando para ofrecer alternativas fiscal y económicamente creíbles. La gama eléctrica aún no está adaptada a los conductores y los híbridos, recargables o no, siguen siendo muy caros. Por ello, los fabricantes buscan otras formas de reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes (y, por tanto, la carga fiscal) para atraer a los clientes que durante mucho tiempo han conducido con diésel. Irónicamente, y tal vez para redimir una buena conciencia tras el asunto «Dieselgate», este es precisamente el caso de Volkswagen, que ahora equipa su coche estrella, el Golf, con un motor de gasolina específico diseñado para satisfacer a los adictos al diésel.
Se trata del nuevo 4 cilindros de gasolina 1.5 TSi EVO con desactivación de cilindros -que desconecta dos cilindros en caso de baja demanda, como en ciudad, para ahorrar combustible- que apareció bajo el capó del Golf (inicialmente con 150 CV) durante el último restyling, pero que ahora está disponible en una versión de 130 CV y que ha recibido la etiqueta ecológica «BlueMotion». ¿Por qué? Porque también tiene un modo de rueda libre que corta el motor durante la desaceleración. Una batería instalada bajo el asiento del conductor mantiene bajo tensión todos los sistemas de ayuda a la conducción (dirección asistida, ESP, etc.) y los equipos de confort (aire acondicionado, navegación, etc.). En teoría, esta tecnología permite ahorrar hasta 0,4 l/100 km en comparación con un TSi 150 EVO.
En la práctica, la desactivación de los cilindros está bien controlada y es completamente transparente para el conductor, puntualiza el concesionario vender coche Crestanevada. En la ciudad, por ejemplo, cuando la demanda de potencia es baja, sólo la luz «Eco» del salpicadero indica que dos cilindros están cortados. Sin embargo, el modo de rueda libre es una historia diferente.
Esta fase es ciertamente imperceptible para el oído porque la insonorización está muy bien hecha y el motor es silencioso; sin embargo, a la hora de reiniciar y acelerar, se siente un enorme desfase en la aceleración, que a veces pone al conductor en situaciones delicadas, como fue el caso durante nuestra prueba. Por ejemplo, al adelantar en carreteras secundarias o al circular por zonas urbanizadas donde la necesidad de par motor es inmediata, es necesario anticiparse sistemáticamente a este déficit. Esta tecnología se ofrece exclusivamente con la caja de cambios automática DSG, que tiene dificultades para gestionar el reencendido del motor, requiriendo a menudo una reducción de marcha para ofrecer las mejores revoluciones. Aparte de esta fase confusa, el TSi 130 funciona de la misma manera que su hermano mayor, con una conducción suave y discreta.
Es sobre todo el consumo de combustible lo que resulta interesante, ya que encontramos una media de 6,3 l/100 km durante nuestra prueba (4,8 l/100 km homologados en el ciclo combinado NEDC). Un consumo que no dista mucho del de un motor diésel, lo que al final hace interesante a este TSi Evo 130. Y tanto mejor, porque ese es su objetivo principal. En términos de comportamiento, el Golf sigue siendo uno de los coches compactos más homogéneos del mercado, ofreciendo un excelente compromiso entre confort y eficiencia.