En el 39º Simposio Internacional de Motores de Viena, el proveedor automovilístico Continental presentó «soluciones para la seguridad de emisiones con bajo consumo». Estos componentes adicionales, principalmente técnicos, tienen por objeto preparar el motor de combustión convencional para el futuro, reduciendo al mismo tiempo las emisiones.
Los problemas que se interponen en el camino de las «emisiones limpias» son evidentes. Las influencias de la temperatura exterior, las exigencias de rendimiento del propio piloto, la tipografía de la pista, pero también cuestiones tan banales como la composición del combustible. Para dominar esta confusa composición de los gases de escape, hay que conseguir un control total en todas las situaciones de funcionamiento.
En Viena, Continental presenta los últimos avances, que pueden utilizarse incluso para motores de gasolina y diésel. Para los filtros de partículas que pronto serán obligatorios (también para los motores de gasolina), se presentará una solución técnica con baja contrapresión del filtro. Sin embargo, también se presentarán pasos importantes hacia la hibridación.
Se entiende que la llamada seguridad de emisión es la solución ideal, independientemente de si se trata de un arranque en frío o de una carga elevada y, sobre todo, de todo lo que hay entre medias. Hay diferencias incluso con un arranque en frío. El hecho de que alguien conduzca cuesta abajo o cuesta arriba por la mañana influye enormemente en las emisiones brutas. Sin embargo, éstos pueden ser recogidos por un catalizador calentado eléctricamente, que garantiza un rápido inicio de la limpieza para diferentes composiciones de gases de escape. Y esto es así tanto si el vehículo arranca cuesta arriba con una carga ligera como si circula cuesta arriba con una carga pesada.
Sólo en Europa Occidental ya hay diferencias debidas al combustible. Por ejemplo, Continental ha medido discrepancias en las emisiones brutas por un factor de 3 en pruebas con calidad de gasolina. En el futuro, las mezclas de combustibles sintéticos neutros en CO2, como el OME (éter de oximetileno), en el gasóleo también influirán en el comportamiento de las emisiones. Para ello, sin embargo, la tecnología debe ser capaz de evaluar con precisión la composición del combustible.
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