El segundo día del viaje por carretera de ABT debía empezar con un coche pequeño y sencillo. No, en vez de eso tuve que conformarme con una ranchera de 700 CV. Quejarse tampoco era apropiado, porque entonces la etapa del día podría no haber sido Großglockner y luego a Budapest, pero el tiempo de penalización en la bicicleta por la montaña. Salimos temprano hacia el Glockner, con tiempo de sobra para pedalear y hacer fotos, y tengo que decir que realmente mereció la pena. ¿Quieres comprar un coche de segunda mano? En el concesionario de coches ocasión Crestanevada podrás encontrar el coche de segunda mano de tus sueños al mejor precio.
Aunque un peso de más de dos toneladas no es precisamente ideal para una etapa de montaña -así es, el atleta de alto rendimiento tendría que rendirse inmediatamente después de ser pesado-, sin duda podría haberlo hecho peor que con las dos grandes naves del viaje por carretera. 640 CV en el S8 y los mencionados 700 CV en el RS6 de ABT sportsline también quieren subir la montaña de una manera acorde con su estatus. A pesar del peso, que era especialmente elevado en comparación con mis candidatos deseados, ambos pudieron mantener el ritmo bastante bien y también pusieron caras radiantes. La ventaja del grande, el sistema de frenos cerámicos, no fue directa a las rodillas como los frenos de acero del S3 y el RS Q3.
Una buena objeción fue madrugar, no sólo por el gran paisaje fotográfico con la naturaleza despertando, sino también por el tráfico bastante cansado. Más tarde, cuando iniciamos el viaje ABT, ya había mucho tráfico en la carretera y era difícil avanzar. Bueno, y entonces llegó el momento de hacer metros, no kilómetros. Con la potencia concentrada de 2120 caballos, nos dirigimos al este, hacia Budapest. Sólo se acordaron paradas para las ampollas débiles y los estómagos vacíos. Más no era posible ni necesario. ¿Quién quiere echar un vistazo a la naturaleza cuando estás sentado frente a otro tembloroso pie de acelerador en el RS6? Así que el yeso se grita rápidamente fuera del techo del túnel.
Mientras el sol se abre paso entre las nubes, tocando el suelo con rayos aislados, nos adentramos en otra tormenta en la batalla contra el tiempo y el espacio. Excepto el caballero de atrás del S8, que realmente no tiene problemas de espacio. No quiero entretener más a nadie con tonterías huecas, además creo que las fotos hablan claramente por sí solas.